
Pero la realidad es que ese hoy no es de hoy, ni de ahora, ese hoy es de un futuro, de un futuro que vendrá cuando menos lo esperemos, un futuro que solo tenemos que esperar, porque pronto llegará ese hoy, y podremos decir todo aquello en presente.
¿La clave? Saber esperar con paciencia, y cada vez que te caiga, te levantes, pensando que aún tienes que llegar a ese hoy, y cada vez falta menos para que lleguemos a él.
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