sábado, 10 de diciembre de 2011

Para ser feliz, antes hay que ser infeliz.

Pidamos un deseo, pidamos lo que más queramos, pidamos ser felices para siempre, estar siempre contentos y alegres, que todo el mundo nos quiera, que tengamos todo lo material que queramos, que en la Tierra solo haya paz, solo haya risas, abrazos y besos, pidamos simplemente la F E L I C I D A D.
Pero... ¿Cómo sabremos qué ese deseo se ha cumplido?¿Cómo sabremos si estamos siendo realmente felices sin a ver probado primero la infelicidad?¿Si la vida se basa en los momentos felices, cómo sabremos cuales son esos momentos si siempre habrá felicidad?¿Cómo aprenderemos de la vida si no caemos nunca?Puede que con la felicidad la vida sea más fácil, pero no sería una vida de verdad, nos estaríamos engañando nosotros mismos, porque para ser feliz, antes hay que ser infeliz.

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